domingo, 28 de octubre de 2012

José Luis Perales en Chicago

José Luis Perales ofreció la noche del 25 de octubre su primer concierto en la ciudad, en el Copernicus Center, donde se dieron cita parejas de todas las edades. Fue uno de esos conciertos donde uno se puede sentar tranquilamente y quedarse admirando al artista que tiene en el escenario y cantar con él los temas que muchos han hecho suyos, con los que han enamorado y desenamorado.
Perales se define más que cantante, como un “contante” de historias. Sus composiciones son producto de una observación de la condición humana desde su propia soledad. Ha podido, en más de 40 años, hacer de esa observación un arte convertido en canción.
Durante toda su trayectoria artística, el cantautor español nunca había visitado la ciudad y esta primera vez resultó muy grata.
Siete músicos lo acompañaron en el escenario creando una orquesta musical en perfecta armonía. El juego de luces y el sonido, perfectos. La tesitura de la voz de José Luis Perales, inigualable. Estamos hablando de un artista que no ocupa arreglos ni efectos. El talento en él está, y es producto de un dedicado trabajo y paciencia.

“Y las musas se hicieron del rogar. Buenas noches antes que nada, doblemente gracias porque el tiempo está raro, está lloviendo y habéis hecho un esfuerzo por llegar aquí a escuchar nuestras canciones, muchísimas, muchísimas gracias”, dijo al público.
Vino a presentar temas de su nuevo disco “Calle Soledad”, nombrado en honor de la calle en su natal Castejón, Cuenca, donde tuvo sus primeros juegos de infancia y que en el escenario, sirve de telón de fondo en póster-fotografía tamaño real.
Con sus canciones, Perales nos llevó ahí, nos hizo testigos de sus juegos, de sus primeras letras y contacto con la inspiración.
Sus grandes composiciones escuchadas de su voz y en vivo, qué mejor: “Me llamas”, “Quisiera decir tu nombre”, “Amada mía”,  “Loca” , “Y tú te vas” , “Navegar por ti”, y en versión acústica  “¿Por qué te vas?”aquel tema que hizo famoso la cantante española Jeanette.
A Perales nada lo inspira como el amor. No sólo de pareja. Un tema muy especial que integra el disco “Calle Soledad”, es el que escribió para su nieta “Manuela”. Al cantarlo, sus ojos y su rostro se iluminaba de manera especial. Este tema es una carta de amor de un abuelo a su nieta. Algo especial.
En un concierto tan bien orquestado, no podían faltar los desesperados del público que pedían a gritos temas, como si aquello fuera complacencias, no un concierto bien planeado.
“Con calma, que todo llega”, dijo Perales sin inmutarse.
Esos temas llegaron.  “Amada mía”, “El amor” -la mejor descripción de lo que es o debe ser el verdadero amor de pareja- y claro, su gran éxito “¿Y cómo es él?”, el reproche más dulce que le puede hacer un hombre engañado a su mujer.
“Gracias por ser tan generosos”, dijo Perales en su primera despedida. Regresaría al escenario una vez más luego de que el público le pidiera “¡Otra, otra, otra!”.
Cerró con “Te quiero” y “Un velero llamado libertad”.
Valió la pena la espera de una cita en Chicago que fue tarde, pero segura.
Hay que agradecer a cantautores como Perales. Con sus letras nos ha hecho sentir y creer que el amor, el verdadero, es posible. Y eso no es cursi, eso es romántico.


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