lunes, 10 de octubre de 2016

José Luis Perales con Abel Pintos en Córdoba Argentina


1)La calma. “Espero que las nuevas canciones les vayan entrando de a poco”, dijo Perales luego de presentar Y me marché contigo, primer tema de su nuevo disco Calma. Y a pesar de que el español ha insistido una y otra vez que este trabajo que cuenta con el debut de su hijo como productor es bien distinto, las siete canciones que interpretó del flamante disco se mezclaron sin sobresaltos con su antiguo repertorio. Canción para Guillermo, El reencuentro yCalma fueron absolutamente emocionantes en su interpretación, aunque para algunos pudo haber sido su primera escucha.
2) La visita. Promediando el recital y a mitad del tema Gente Maravillosa, José Luis Perales anunció una visita especial. Vestido de negro, hasta su sombrero, Abel Pintos irrumpió en el escenario y continuó la canción iniciada por el español. Una delicia el puente generacional que se tendió entre los dos astros de la canción.
3) La palabra. Es un placer escuchar hablar a Perales entre canción y canción. Es que además de cantar, posee la sabiduría de los grandes (de edad y de talento) y sus palabras son amenas, precisas e inteligentes. “Vivimos en un mundo caótico donde hay mucho egoísmo, individualismo. Hay guerras, niños que pasan hambre... Hay mucha prisa, mucha soledad... Queremos tener mejor auto que el vecino, mejor casa y vivimos totalmente estresados. Cuando pensé en cómo llamar este disco surgió la palabra inevitable: Calma”, decía como preámbulo a la canción que titula la placa. Pero además del mundo, Perales habló de su intimidad, de su soledad y su tristeza, y de la emoción de haber oído por primera vez la palabra abuelo.
4) Los clásicos. Si bien la excusa era presentar el nuevo material, esas canciones inoxidables que todos quieren oír estuvieron presentes en la noche cordobesa. Si Me llamas, Si...,  Canción de otoño , Amada mía e Y te vas despertaron la ovación del público, la seguidilla que reunió a Por qué te vas, Creo en ti, América e Y cómo es él, fue la muestra cabal que las grandes canciones no tiene tiempo ni edad y que pueden disfrutarse al infinito aunque ya hayan gastado con la escucha los oídos de los fans. 
5) El amor. Universal y atemporal, el sentimiento que moviliza a la humanidad es la llave maestra que atraviesa la obra de Perales. Y su público está tan enamorado de su poesía como de su figura. Puede ser un hombre mayor, y un abuelo orgulloso, pero el cariño y la pasión que despierta en la parte femenina de su platea es vigente e incondicional. Gritos, suspiros y declaraciones de amor se dispararon hacia el escenario durante toda la noche cordobesa.

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